Un año más vuelvo a Benissa para participar
en la Volta a Peu, y como viene siendo habitual, suele ser la carrera que pone
punto y final a la temporada (aunque ya se sabe que con frecuencia, mis
temporadas acaban una semana y empiezan a la siguiente...). Este año debido al
ajetreo de la vida cotidiana no he podido participar en el circuito de la
Marina Alta, pero para matar el gusanillo, Benissa siempre es una buena opción.
Este año el recorrido variaba respecto al de los últimos años, pero ya se sabe
que en Benissa, por mucho que cambie el circuito, cuestas iba a haber para
aburrir.
Como siempre, antes de la carrera nos
reunimos varios compañeros del CAB para hacernos las fotos de rigor y compartir
los momentos previos, que en esta carrera con frecuencia suele ser una
“despedida” hasta después del verano. Después de las fotos, nos prepararnos para el ataque, siempre con
precaución a estas alturas del año ya que el calor aprieta bastante.
Tras unos minutos de espera en la salida (muy
amenos junto a los compañeros del CAB) las 19:00 se dio la salida a esta
multitudinaria carrera. Los primeros metros, cuesta abajo intenté hacerme hueco
y avanzar posiciones con el fin de no quedarme cortado en la inmensidad del
pelotón durante el recorrido por las estrechas calles del centro del pueblo.
Una vez fuera del núcleo urbano, una terrible cuesta abajo (siempre que sea
hacia abajo, vamos bien), para coger un tramos llano ya entre campos. Hasta ese
momento, buenas sensaciones a ritmo constante y tratando de reservar para las
subidas del final, aunque el calor lo iba a poner difícil. En este tramo me
adelantaron como motos dos compañeros, Javi y Miguel Ángel, que iban a por
todas. A partir de Km 3, el camino se volvió pendiente contínua por estrechos
caminitos que nos ponían a prueba. Con un calor infernal, y casi sin aliento
llegamos a Senitja, donde estaba el avituallamiento y el perfil nos daba una
tregua (momentánea...). Aprovechando las estrechas calles para refugiarnos del
sol y para refrescarnos, y de nuevo a seguir la ruta, ya en dirección a
Benissa, por caminos. Continuaba con buenas sensaciones pese a la subida y al
calor, pero había que seguir conservando fuerzas para la cuesta final. Además,
iba con referencias visuales de compañeros y conocidos que iban por delante,
ydaban una buena dosis de moral. De nuevo el perfil nos ponía a prueba,
aunque de manera más suave, y lo que
verdaderamente castigaba ahora era el sol de cara. Las fuerzas continuaban
acompañándome, así que seguí con mi ritmo constante, con las vistas puestas en
el horizonte, donde ya se divisaba el pueblo. Ya en el Km 7, un tramo más llano
con ligera bajada casi todo recto, al final del cual se divisaba perfectamente
la terrible “pared” por la cual ya estaban subiendo los corredores que iban
delante. La verdad es que este Km llano que me quedaba hasta la subida, estaba
más pendiente de cómo iba a ser capaz de subir sin pararme que de marcar el
ritmo: menuda cuesta... sin darme cuenta, tras cruzar bajo la autopista por un
túnel, empezaba la ascensión. Las fuerzas ya estaban justas, y el calor era ya
insoportable, así que había que hacer lo que se pudiese. Los primeros metros
fueron llevaderos, con un ritmo defensivo totalmente; pero poco a poco el
asfalto iba absorviendo mis suelas, y me costaba horrores continuar avanzando.
No se veía el final de la ascensión, sólo se intuía, ya que la cuesta terminaba
donde empezaban las primeras viviendas del pueblo. El tramo final agónico, con algo de público
animando, pero echando el alma en cada zancada. Los últimos metros los hice más
por orgullo que por fuerzas, pero conseguí llegar arriba sin pararme, cosa que
fue todo un logro con esa pendiente y el calor. Sin duda, muchísimo más dura
que la tradicional cuesta que caracterizaba el final de esta carrera en ediciones
anteriores: esta sin duda es “La cuesta” por excelencia del circuito. Ahora
tocaba una larga bajada en la que las piernas tardaron muchísimo en responder,
paso por la calle paralela a meta ya con mucho ambiente de gente animando, unos
metros llanos hasta el giro de 180º para enfilar en ligera subida la meta.
Últimos metros en los que apreté todo lo que puede (que era poco, la verdad...)
espoleado por la multitud que animaba en meta.
Tiempo oficial: 42:30
Tiempo real: 42:22 (04:23 m/Km)
Puesto de llegada: 178 (1162 llegados a meta)
Tras la meta, breve recorrido rodeando la
catedral para entregar el chip y recibir la camiseta conmemorativa y una
botella de agua (este año, un poco escasa la atención al corredor).
Buena carrera y buen tiempo para estar lejos
de mi mejor momento de forma. Eso sí, muchísimo sufrimiento en el recorrido,
sobretodo en la cuesta final. Pese a todo, contento por volver un año más a
Benissa y terminar sin lesiones una temporada más. En pocas semanas, una nueva
temporada. Ahora a disfrutar del verano